lunes, 14 de julio de 2014

SE ACABÓ EL MUNDIAL

Dicen que se acabó el mundial, aunque más de uno por esos lugares dice que el hambre sigue igual, ganó Alemania como no podía ser de otra manera, Rajote con sus trabajadores privilegiados del chuta cueros hicieron el ridículo en la fase de grupos, aunque más que un grupo parecían una banda, la banda del Empastre, con todos mis respetos a esta banda tan conocida por tierras valencianas. Habría que no preguntarse lo que ganaron por tal hazaña, es la única manera que tiene un trabajador de no enojarse ante tanta indecencia.
El deporte, dice la gente que ha estudiado (no sé bien el qué), afianza una serie de valores, yo desde mi punto de vista he de dedicar estas líneas a la juventud para que no se afiancen mucho en lo visto, si quieren que el día de mañana no les vendan una crisis como la que les han vendido a sus padres. 
Algunos empresarios verbeneros y politicuchos palmeros alegan que hemos (los trabajadores) tirado más la manga que el brazo y hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, pues es obvio comentar chavales que cuando tengáis necesidades primarias que cubrir, como la alimentación, sanidad y educación no debéis gastaros el dinero en hacer campos de fútbol para que gente de camino al partido en su avión se coma el ibérico que vosotros soñareis comer algún día (que seguramente nunca llegue).
Otros casposos elitistas se vanaglorian de lo formados que están y de la incultura generalizada del obrero (como si tuviera tiempo un hombre que trabaja doce horas al día para después llegar a casa y ponerse a estudiar), visto lo visto, y siguiendo las direcciones de la élite más consagrada en la caspa parece que le han dado el premio al mejor jugador del Mundial a alguien que no parece muy amante de Hacienda y de las letras en general, ya sabéis chavales si queréis ser el mejor jugador del mundo, igual los codos no son vuestro mejor compañero de viaje.
Saber jugar es saber ganar y saber perder, esto no sé bien quien lo dijo pero parece razonable que tanto en la derrota como en la victoria la cortesía con el rival y el civismo deben primar sobre cualquier otro fin, igual lo de romper parte del mobiliario de la ciudad no debería de verse en ninguna televisión, menos aún cuando el motivo es que te han metido más goles de los que puedes llegar a contar con una mano.
Así que juventud, divino tesoro, del deporte intenta aprender a valorar al rival, respetar al adversario, cuidar de tus paisanos cuando están necesitados, contribuir con tus obligaciones como ciudadano, porque si aprendes todo esto dará igual que ganes o pierdas, ya habrás aprendido más de lo que algunos grandes profesionales y sus seguidores a día de hoy han demostrado saber.

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