jueves, 18 de octubre de 2018

FÁBRICA DE INÚTILES

Cuando muchos padres miran lo que pasa hoy en día no tienen más remedio que parar a pensar y decir: soy yo el raro o es la sociedad actual la rara?; no es para menos la reflexión, nos ha tocado vivir tiempos raros, donde parece que lo superfluo sea lo importante y que lo importante no importe.
Importe, alto sin lugar a dudas, va a ser el que nuestros descendientes van a tener que pagar en un futuro no muy lejano, cuando se den cuenta que a algunos se lo han dado todo hecho y que no les han enseñado a ser responsables desde pequeños. 
Pequeños, por desgracia, son muchos los padres y madres que se preocupan en hacer los deberes a los niños, en apuntarlos a todo tipo de actividades extraescolares, en relacionarse como si se conocieran de toda la vida con los padres de los demás niños, en darles todo lo que piden y, en aparentar lo fantásticas que son sus vidas.
Vidas, pequeño padre, no sé si habrá más de una, pero esta es la que le ha tocado vivir a tu hijo/a, y espero algún día dejes de lucirte como una Barbie o un Ken al uso, así como de hacer el anormal, y enseñes a tu hijo lo que veo que a ti nadie, parece, te enseñó.
Enseño los dientes porque esos a los que tú, pequeño padre, estás haciendo los deberes, apuntando a todo como si el dinero no costara de ganar y llevándolo a todo tipo de sitios en comunidad como si en casa no hubiera trabajo que hacer, llegará algún día que se cruzarán con los hijo de los que pensamos que el dinero cuesta mucho ganar, que está bien socializar pero la casa también hay que cuidarla y que los trabajos conllevan un esfuerzo que genera una responsabilidad.
Responsabilidad, por ahora, no has demostrado mucha, así que, pequeño padre, te aconsejo que algún día te subas en ella,  porque mientras hayan padres dispuestos a enseñar a sus hijos lo que es el esfuerzo, la humildad y la responsabilidad a los vuestros no se les va a permitir más chupar del bote como hasta la fecha habéis hecho vosotros.

domingo, 14 de octubre de 2018

EL GUIÑO DEL RUFIÁN

Te guiñan el ojo y le llamas imbécil!, no podía dar crédito a aquellas imágenes; no hace unos meses mientras jugábamos a un típico juego de la tierra en la que nací pasó todo lo contrario, uno de la pareja contra la que estábamos echando una partida le recriminó al otro que nunca le guiñaba el ojo, que era un rufián.
Rufián es el que lleva el basto o, uno de bastos y a su compañero de cartas no le hace la señal para, junto con los rivales, engañarlo y, después sacarlo ganando la partida quedando de estrella principal.
Principal problema te vas a encontrar si otro lleva la espada o, uno de espadas, la señal es distinta, aquí se debe de levantar las cejas y, como alguno lo lleve y no sea tu compañero, te vas a comer el basto.
Basto, parecía que llevaba el otro día, no es seguro, Rufián pero a Escudero no le hizo mucha gracia, igual hubiera preferido que le hubiera levantado las cejas para así asegurar la mano, pero señora Escudero sepa que los ciudadanos tenemos mayores problemas que si un rufián le guiña el ojo, espero a la siguiente le levante las cejas y así pueda la mano ganar, porque sin lugar a dudas la que pierde con ustedes dos, es la sociedad.

miércoles, 3 de octubre de 2018

"JUNTS" PORQUE NO SE BURLEN DE LA SOCIEDAD

Cuando miro y leo las noticias pienso: estás "torrá"; y no me refiero a Torra que para mí está otra cosa o al Ken de la rosa que sólo hay que escucharlo para saber como está cayendo el nivel de nuestros "queridos" gobernantes.
Gobernantes, o eso dicen, tenemos en España que alientan a los ciudadanos a luchar en las calles por unas ideas que ellos defienden sentaditos en sus despachos o, peor aún, en el extranjero, muy valiente esta última postura por cierto. Tenemos de más clases, de los que con la división de su pueblo se hacen fuertes y, directamente, de los que, como si el problema no fuera con ellos, pasan.
Pasan los siglos y la sociedad española, esa que no se dedica a ganar dinero afiliándose a un partidito, sigue sin aprender la lección, mira que es sencilla, nos seguimos pegando con nuestros paisanos por un puñado de personajes que defienden sus ideas desde la barrera, uno cogiendo una rosa, otro que va del color de la selección holandesa, otro que decía ser morado, otro subido en una gaviota, otro desde Bruselas.
Bruselas no, por desgracia esto sigue siendo España y siglo tras siglo volvemos a pegarnos entre padres, hijos y hermanos por banderas e ideas que, cuando sentados en sus sillones, nos ven los que las defienden, las carcajadas se tienen que oír en todo el extranjero.
Extranjero no soy, así que como ciudadano de mi casa y de mi barrio os digo, querida sociedad, que nos podíamos unir algún día "junts" para demostrarles a nuestros gobernantes que somos mucho más responsables que ellos y, que por eso no vamos a pegarnos entre nosotros mientras ellos siguen cobrando de nosotros.