lunes, 20 de enero de 2020

NO QUERÍA CARNAVAL PERO TE LO DEBO

Todos los años por estas fechas le escribo a mi querido Carnaval, sí, un valenciano enamorado del Carnaval de Cádiz gracias a un poeta que no va a estar ya en el COAC, con Juan Carlos (no podía ser otro) descubrí el Carnaval, me enamoré de el y, para mí murió.
Murió esa manera de entender el Carnaval, esa crítica al poder, esa lucha por el pobre, vamos todo eso que no interesa al rico y, que muy pocos pobres defienden. No voy a dejar de seguir el Carnaval a mi manera, tan legítima como la de cualquier otro, pero no creo volver a escuchar esas letras con las que tantos años me he identificado como si de mi tinta salieran.
Salieran los que salieran este año poco se puede hacer, la vida es cruel en ocasiones y, ante los designios de la naturaleza poco puede hacer el ser humano. De nada vale que ahora todos le cantéis un pasodoble a quien ya no está porque, por desgracia, no volverá. La luz del faro que iluminaba la crítica más mordaz está apagada.
Apagada como mi ilusión por escuchar el COAC este año, pero te lo debo porque te seguí, en ocasiones te critiqué y, desde el silencio te admiré y, por lo tanto escucharé paciente a que alguien algún año vuelva a encender el faro de la esperanza, ese faro que abandera la resistencia frente al poder y la crítica a todo lo que no es decente, venga del lado que venga aunque ello te cueste (como te pasó en diversas ocasiones) quedarte sin el premio final.
Final y principio, dejo la puerta de la esperanza abierta, como el que temeroso sabe que lo que espera no va a volver, pero los genios nacen no se hacen y, quién nos dice que no nazca alguien que, por lo menos, nos recuerde ese estilo canalla y crítico que tanto vamos a echar en falta.