jueves, 13 de febrero de 2020

CÁTEDRA

La falsa libertad en la que vivimos en ocasiones nos permite pegar unas carcajadas, piensa el pobre ciudadano de a pie a falta de libertad risas son buenas; de hecho deberían de regalarnos nuestros "queridos políticos" una cátedra episcopal para, sentados en ella poder disfrutar de esos grandes momentos con los que muchos de nuestros políticos nos demuestran lo mal que lo hacemos cada vez que usamos las urnas.
Las urnas son libres, nadie puede decirle al vecino qué hacer o qué no hacer y, como no todos podemos ser catedráticos, con los que nos dirigen pasa lo mismo. Que la política se podría hacer una profesión a la que sólo accedieran los que obtuvieran el título que los capacitara para ello es un tema que se podría sacar a debate.
Debate no hace falta hoy en día para ver donde hemos llegado y, tampoco hace falta debate para saber que nosotros con nuestros votos hemos legitimado mucho vividor y vividora de lo público sin capacidad ninguna, así que sin ser catedrático te digo desde mi encerrada libertad que cuando vuelvas a las urnas mires bien a quién legitimas porque por el contrario sólo nos van a quedar las carcajadas generadas por algunos comentarios de algunos de nuestros dirigentes que, en ocasiones, más bien son para llorar.