jueves, 8 de octubre de 2015

DERECHO A VIVIR, EN TU PALACIO

Llenos de oro y con todo tipo de comodidades, con asistentas y a mantel puesto, en vuestros "palacios" vivís una vida ajena al sufrimiento de la gente, aunque de este sufrimiento, en no pocas ocasiones, igual os habéis lucrado.
Lucrado, a lo largo de los años, igual os habéis lucrado gracias al primer sufrimiento despiadado que padeció un hombre y, desde entonces, las arcas no habéis dejado de llenar.
Llenar, la verdad, se os llena bien la boca a vosotros y a los que de vosotros viven, que no son pocos, de decir que la vida es un derecho irrenunciable y que, por mal que esté uno, debe vivir, aunque no sea de manera digna, y por consiguiente, también debemos ver sufrir a sus familiares mientras, sin poder hacer nada que esté en sus manos, esperan hasta que la "sabiduría" de la naturaleza, a su ser querido, lo llama.
Llama, pero la atención, que vosotros que, en gran cantidad, no tenéis hijos, por lo menos reconocidos, habléis con tanta facilidad de la vida de los demás. Sepáis, que los demás no tienen la suerte de no trabajar y vivir como vosotros lo hacéis, así que hacernos un favor, y cuando habléis de la vida de los hijos de los demás, por lo menos, limpiaros la boca y reflexionar, que ver morir en vida a tu hijo, y no en un "palacio", es una "batalla", ya por sí, demasiado dura como para encima tener que soportar las sandeces de algunos que nunca serán padres y, que se permiten el lujo de opinar a kilómetros de distancia desde su "gran vida".

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