La verdad es que con el invento de algunos de la crisis el alumbrado de los barrios ya no es lo que era, sin comentar lo de la limpieza, pero huelga decir que siempre la palabra alumbrado desprende un halo de extraordinaria maravilla que, cuando oyes dicha palabra, tu atención se multiplica.
Multiplica no, resta, más bien es lo que ha sufrido el número de asistentes al templo valencianista en los últimos años, tras la aparición de varios alumbrados, el Valencia C.F se ha ido dejando perder y, hemos pasado de Villas, Matas y Silvas a sillas, patas y, algún que otro cojo, futbolísticamente hablando por supuesto, pero la afición ha sido siempre fiel y, nunca se ha rendido.
Rendido, ante el asombro de la última aparición, se ha quedado el respetable viendo como un señor ha conseguido cambiar uno de los significados de la palabra alumbrado por una nueva versión, "alimbrado", así es como se define el que es capaz de pagar millones por jugadores que en el cauce del río Turia hay a montones y, que no es capaz de entender que el Valencia C.F no se dirige desde Singapur o, dónde quiere que ese día estés.
Estés o no estés, desde mi humilde posición de valenciano te digo que te vayas y que dejes de "alimbrarnos" con las maravillosas ideas tuyas y de tu amigo el portugués porque el Valencia C.F será tuyo pero lo que nunca será tuyo y, jamás podrás vender es el sentimiento de tantos y tantos aficionados.
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