Que no se asuste ningún amante de la cruz que Drácula no ha venido para llevarse a nadie que reza una vez a la semana y el resto de días se acuerda bien poco de los principios que siguieron a Jesucristo a lo largo o corto de su vida.
Esa capa de lujo y opulencia no era la de Drácula pero si me dan a elegir me quedo con la capa de Brácula, esa sí tenía gracia y necesitaba menos gente para que se la llevaran y sobre todo gastaba menos dinero de los ciudadanos.
Igual has pensado que vestido de Drácula te va a llegar la inmortalidad pero que sepas que hoy en día por mucho dinero que acumule tu empresa en el Vaticano la inmortalidad aún no se compra con dinero, hoy en día se hace inmortal aquél que su recuerdo queda presente entre los que quedan en este infierno que vivimos, fácil es recordar y hacer inmortal a quien con 4 pesetas ha conseguido sacar su familia adelante y darles a sus hijos las oportunidades que él no pudo tener y difícil hacerlo con quien dentro de su cómoda vida opina de los demás sin ponerse en su sitio por mucha capa que se ponga.
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