Por si alguien no se ha enterado todavía con los miles de anuncios que ponen en todos los medios de comunicación, ha llegado la vuelta al cole con todo lo que eso supone, alegría para los comercios y tristeza para los bolsillos, ya de por sí mermados, de los padres.
Tristeza a la par que sorpresa la que han sentido algunos niños cuando se han visto en el espejo tras su vuelta a casa del colegio y han descubierto que su cara en absoluto coincide con la cara sonriente de muchos de los anuncios.
Anuncios, son los que se deberían de hacer sobre las condiciones en las que algunos de nuestros gobernantes permiten que los hijos del obrero vayan a clase, igual los comercios el año que viene si quieren ganar más dinero con la vuelta al cole deberían anunciar en lugar de ropa, ventiladores para esos niños que sufren altas temperaturas mientras libres designación gozan de despachos con aire acondicionado propio, en lugar de mochilas, regaderas para refrescar a los niños que por desgracia en el siglo que andamos aún acuden a colegios formados por barracones y en lugar de zapatos, chanclas para que se puedan ver los pies y nunca olviden lo mucho que deben estudiar para que nunca los gobiernen incompetentes como le ha pasado a sus padres.
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