De vistas, cuando uno va al oculista, se da cuenta que hay más de las que uno pensaba, hay más que el clásico que bien veo o, no me veo tres en un burro, y eso que burros hay bastantes; de las diversas vistas que hay, vaga, cansada..., no sé, si una de ellas, que ahora está tan de moda, será la de vista alegre.
Vistalegre (II, para algunos) es donde, por desgracia, el obrero se va a quedar otra vez a oscuras, parecía que con Podemos la gente que había perdido toda esperanza en la política de nuevo volvía a creer en un partido, tenía la sensación que ahora se podía hacer un país donde no hubieran tantas desigualdades entre ricos y pobres, donde los derechos del obrero no se vieran pisoteados cada vez que una falsa crisis amenazara los intereses financieros de cuatro chupatintas, donde, por fin, alguien iba a tener en cuenta a esa gente que con su trabajo, día a día (como diría Rambo), levanta un país donde los indecentes con sus robos y artimañas, día a día también, se dedican a hundirlo.
Hundirlo, Pablo e Íñigo, si que lo habéis hundido bien a todo aquel que puso su último halo de esperanza política en vuestras manos; de "vistalegre" toda esa gente ha pasado de nuevo a "vistatriste", triste por ver como los únicos que podían ser la voz de ese pueblo que pierde su casa, trabajo y que manda a sus hijos al colegio en ayunas, ahora también ha "vistotriste" como vosotros dos os habéis perdido en batallas internas poco después de haber tocado las "mieles" del asqueroso poder.
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