Una de las noticias del verano ha sido la
carrera diaria de unos señores, en su mayoría de la tercera edad, ataviados con
sillas de playa y toallas hasta las cejas para coger la primera línea de playa.
Carrera, por decir algo, a esas edades las
velocidades que lleva el cuerpo ya no son de carrera sino más bien de trote
cochinero. Lo curioso de la noticia, si es que lo tiene, no es la velocidad de
los de la tercera edad sino que antes de la carrera ya llevaban más de una hora
esperando a que el policía local de turno les diera el pistoletazo de salida
levantando la cinta que les impide entrar en la playa antes de cierta hora.
Los hay que a vuestras edades están en
primera línea pero de poner la comida en el plato de sus hijos y nietos que no
tienen que echarse a la boca, los hay que están en primera línea cuidando a sus
nietos mientras sus hijos trabajan por un mísero sueldo que no les llega ni
para pagar una guardería y los hay que con su escasa pensión mantienen dos y
tres unidades familiares.
Así que la siguiente vez que os pongáis a
correr para coger la primera línea de playa pensad que igual si hubierais
corrido lo mismo por defender lo que consiguieron vuestros padres con sangre y
lo que han perdido vuestros hijos y nietos con excusas de crisis quizás no
habría tanto españolito en primera línea del paro.
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